Libro 26/365: “Diccionario del diablo” de Ambrose Bierce
Definiciones celestiales de una mente filosa.
Libro 26/365
Nombre del libro: Diccionario del diablo (Original: Devil’s dictionary)
Autor: Ambrose Bierce (traducción de Rodolfo Walsh)
Año: 1906 (mi edición en español es de 1998)
Páginas: 170
¿Cómo llegó a mi biblioteca?
Me llamó la atención el título y además pertenecía a la colección Clásicos de siempre que siempre me brindaba reaseguro más allá de algún chasco circunstancial. Fue mi puerta de entrada a Bierce de quien nada conocía y que terminó siendo uno de mis cuentistas favoritos. De hecho en un club de lectura en inglés que organicé con amigos y unos turistas en 2003 leímos An Occurrence at Owl Creek Bridge y resultó una de las experiencias más placenteras de ese ciclo.
Qué me pareció (8/10)
Tiene definiciones vigentes en mi cabeza como las de un diccionario de la RAE. Su tono, ironía e irreverencia son muy disfrutables y permiten una lectura de corrido como hice yo, o ir saltando azarosamente entre sus definiciones.
A diferencia de otros diccionarios de este estilo -que después abundaron- no repite el mismo recurso hasta el hartazgo sino que combina miniensayos de una carilla con definiciones de una palabra, referencias históricas, religiosas y culturales, humor absurdo, sarcástico y efectista que hasta hoy podría usarse en un monólogo (de la definición de clarinete puede salir todo un bit de humor).
Me llama la atención que -según indica el autor en el prólogo- parte de su contenido ya se había convertido en habitual en el lenguaje popular; probablemente se debía a que ya lo venía publicando en un semanario desde 1881. Y creo que aún hoy, a través de sus ilustres lectores (de Ciorán a Savater a Bioy) lo sigue haciendo.
Entradas preferidas (una pequeña muestra sólo desde la A hasta la E).
Abstemio, s. Persona de carácter débil, que cede a la tentación de negarse un placer [...]
Adagio, s. Sabiduría deshuesada para dentaduras débiles.
Apelar, v. i. En lenguaje forense, volver a poner los datos en el cubilete para un nuevo tiro.
Carne de gusano, s. Producto terminado del que somos materia prima [...]
Cerebro, s. Aparato con que pensamos que pensamos [...]
Cínico, d. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser.
Clarinete, s. Instrumento de tortura manejado por un ejecutor con algodón en los oídos. Hay dos instrumentos peores que un clarinete: dos clarinetes.
Elector, s. El que goza del sagrado privilegio de votar a un candidato que eligieron otros.
¿Tenés otros libros del autor?
No, curiosamente todos los cuentos que leí de él lo hice en Internet para hacerlo directo del original (en esa época no había compra online y los precios de Kel eran prohibitivos). Creo que vale la pena conseguirme Tales of Soldiers and Civilians o algún compilado de su ficción (recién me fijé y para mi alegría descubrí recién que está toda su obra en Gutenberg.org).
¿Te tomarías un café con el autor?
Sin lugar a dudas. Me gustaría poder interactuar con la mente que puede percibir el mundo, etiquetarlo y definirlo de esta manera (y capaz de retratar desde la ficción temas como la guerra de manera inolvidable).
¿A quién se lo recomendarías?
En el prólogo el autor define a quienes se dirige la obra: “almas ilustradas que prefieren los vinos secos a los dulces, sensibilidad a sentimiento, ingenio a humor y simple inglés a jerga.”
Es decir, a cualquier persona que quiera adentrarse en la aventura de sacudirse por un rato el statu-quo, de desafiar lo políticamente correcto, de la mano de un texto de más de un siglo que no pierde vigencia. Si bien lo tengo en español, probablemente en el original haya sutilezas adicionales.
Veredicto: se queda
Es de esos libros que se vuelve a visitar cada tanto para descubrir cosas nuevas. Quizá esa sea la mejor definición de clásico y éste lo cumple.