Libro 73/365: “La tragedia educativa” de Guillermo Jaim Etcheverry
Una mirada catastrofista pero que arroja luz sobre desafíos de la educación
Libro 73/365
Nombre del libro: La tragedia educativa
Autor: Guillermo Jaim Etcheverry
Año: 1999
Páginas: 231
¿Cómo llegó a mi biblioteca?
Me lo prestó un ex-concuñado hace unos veinte años. Lamento que el pegamento del lomo haya empezado a ceder y varias hojas estén sueltas.
Qué me pareció (8/10)
Todavía era bastante naif sobre el rol que la tecnología podía tener en una revolución educativa porque venía de leer La educación digital y otros artículos. Este libro me sirvió para pensar más críticamente sin encandilarme con la utopía de Finlandia, de los métodos o las creencias de moda. Quizá el autor está demasiado corrido para el otro extremo y en varias cosas ya es demasiado conservador para mi gusto, pero me sirvió para ampliar mi perspectiva. Sagazmente articula voces de terceros para construir el texto. No es malo en sí porque al citarlos dispara lecturas adicionales (gracias a este libro conocí a Neil Postman y al homo videns de Sartori, por ejemplo), pero le resta aportes originales.
Jaim Etcheverry se horroriza de la simplificación continua de conceptos y de ideas que van bajando la vara, de la televisión que atrofia la palabra con sus de imágenes omnipresentes. Siguiendo esa línea de pensamiento Instagram y Tik-tok deben parecerle infiernos que nos vacían el alma. Esa mirada ludista contra las computadoras y mucho de lo nuevo se ve algo cómoda: quejarse de la tecnología en sí pero sin contraproponer cómo resignificarla o darle un mejor uso (como hace él con Twitter).
Lo que sí tomo de su abordaje crítico es que no podemos tercerizar la memoria en Google (que nació prácticamente al mismo tiempo que este libro) porque total “está todo ahí”. Ni tampoco Wikipedia reemplaza la cultura general. Son complementos, extensiones, pero pensar que educar hoy se limita a enseñar cómo buscar y filtrar la respuesta -como he leído- es subestimar la complejidad del proceso de formación de una persona.
Sus críticos dicen que el autor usa muchas generalidades sin propuestas concretas o realistas. Cuando fue rector de la UBA tuve la ilusión de una gran transformación con mucho de lo acá planteado. Aparentemente que la burocracia, la política -o tal vez que el autor destaque más como divulgador que como gestor- hizo que no sucediera tal cosa.
Citas preferidas
“Lenguaje empobrecido, mundo pequeño.”
“Hacerles intuir que la única salida está adentro.”
“Había un niño que salía al mundo cada día. Y el primer objeto que mirada, en ese objeto él se convertía.” (Walt Whitman)
“Nuestra memoria no es un banco de datos, sino, más bien, un entramado específico que también incluye experiencias afectivas y sensoriales.”
“(...) Reducidos a la pasividad, que no será necesario prohibir los libros porque a nadie le interesará leerlos, ni ocultar la verdad porque pasará inadvertida en el océano de la irrelevancia (...) mientras Orwell teme que la cultura se convierta en prisionera, Huxley ve el peligro de que se transforme en trivial (...)”
“Lo que tengo es curiosidad, necesidad de conocimiento. Necesidad de ampliar mi propia vida, que es tan breve. Porque, a través del conocimiento, al morir se pueden haber vivido miles de vida. Uno tiene la experiencia propia pero, con solo quererlo, puede acercarse a la de Napoleón, a la de Julio César.” (Umberto Eco)
¿Tenés otros libros del autor?
No. Sé que recientemente sacó otro sobre el mismo tema y de título parecido. Podría ser interesante su mirada un cuarto de siglo después y habiendo vivido experiencias como dirigir la Universidad más grande del país, pero siento que no me va a aportar demasiado.
¿Te tomarías un café con el autor?
Por supuesto. Por entrevistas que vi, por lo que comparte en Twitter. En esta red hace unos años le escribí preguntándole si me podía recomendar algún libro sobre educación y me recomendó Los bárbaros de Alessandro Baricco -que en su momento me pareció fascinante-.
¿A quién se lo recomendarías?
A quien le interese leer un conjunto de reflexiones acerca de la educación ya no históricas o globales sino partiendo desde los dolores y oportunidades que plantea la sociedad argentina. Tiene un tono acorde al título y por momentos parecen una queja contra una la modernidad que lo acerca peligrosamente al peor Sábato. Pero creo que es una lectura fácil que introduce amablemente varios de los temas clave.